Qué es un disyuntor diferencial

En términos generales y en instalaciones domiciliarias, un disyuntor diferencial o interruptor diferencial es un tipo de interruptor automático que actúa con el fin de proteger a las personas ante un contacto directo o indirecto.

 

A diferencia de los fusibles (que solo se usan una vez y sirven como protección contra cortocircuitos, no para protección de personas), un disyuntor diferencial puede reconectarse las veces que sea necesario, sin embargo, no tiene capacidad de ruptura, es decir, no puede abrir ante cortocircuitos, siempre y cuando se haya solucionado la falla que lo activó.

 

Vulgarmente se le llama “disyuntor”, sin embargo, no debe olvidarse de atribuir la palabra “diferencial” ya que la palabra disyuntor significa interruptor en francés y existen otros tipos de interruptores que no son diferenciales.

 

Un disyuntor (o interruptor) diferencial trabaja comparando la intensidad de corriente que ingresa al circuito con respecto a la que sale. Si el funcionamiento es adecuado, ambas intensidades serán iguales en valor, es decir que su diferencia es nula. El interruptor diferencial seguirá cerrado permitiendo el paso de corriente eléctrica.

 

Si la intensidad de corriente entrante es distinta a la saliente, diferencia no nula, entonces el interruptor diferencial actúa.

No necesariamente una persona debe electrocutarse para que el interruptor diferencial actúe. Justamente, se quiere evitar esa situación, esto se logra con una adecuada instalación de puesta a tierra, efectuando un sistema TT. Ésta permite que, ante un desperfecto, las corrientes de falla circulen hacia tierra y el interruptor diferencial pueda “ver” esa diferencia.

 

El interruptor diferencial debe colocarse en el tablero principal de las instalaciones eléctricas, es decir en la entrada de la alimentación del hogar, inmediatamente después del interruptor termomagnético y luego toda la carga.

Los disyuntores diferenciales suelen traer un botón o tester para comprobar su funcionamiento, señalado habitualmente con una T. Simplemente presionándolo de vez en cuando, podremos verificar su operatividad.

 

Para qué sirve un interruptor diferencial

 

La función principal de un interruptor diferencial es la de proteger a las personas o animales de las descargas eléctricas y sus consecuencias a partir del contacto directo o indirecto con una fuente de energía. Funciona de forma conjunta con una adecuada puesta a tierra de todos los elementos de la instalación.

 

Lo que hacen los interruptores diferenciales es abrir el circuito eléctrico, quitando la alimentación cuando la diferencia entre la corriente entrante y saliente al mismo es de hasta 30 [mA] como máximo (para interruptores diferenciales de alta sensibilidad). De esta manera, si una persona entra en contacto con un equipo a potencial, no sufrirá ningún efecto fisiopatológico grave.

 

En el hogar

 

Podemos encontrar interruptores de distintas intensidades de actuación o bien sensibilidades, según el uso: en las instalaciones domésticas se recomienda utilizar interruptores diferenciales de alta sensibilidad para garantizar su finalidad primordial que es proteger a las personas.

 

Por otro lado, se debe contar con una adecuada instalación de puesta a tierra para que cualquier corriente de defecto se dirija hacia allí y no se necesite poner en riesgo a una persona para detectar una falla.

Elementos de protección eléctrica

 

El uso de un interruptor diferencial es solo una de las medidas básicas de seguridad con las que ha de contar una instalación eléctrica, pero debe ir acompañado por llaves termomagnéticas, una correcta instalación de puesta a tierra además de un protector contra alta y baja tensión.

 

Otros consejos:

  1. Cumplir con las normas de la Asociación Electrotécnica Argentina.
  2. Utilizar materiales fabricados bajo normas IRAM o IEC. Esto garantizará que cables, dispositivos de protección y otros cumplan los requisitos básicos de seguridad.
  3. Realizar las tareas de proyección, construcción o ampliación de la instalación eléctrica hogareña a través de un electricista profesional matriculado.
  4. Controlar la seguridad de las instalaciones cada tres años como mínimo.

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